La deuda es con nosotros mismos cuando de evolución se trata


Esta mañana pude leer un artículo escrito por la colega Ariana Guevara Gómez, en el Diario El Nacional – versión digital – que titula “El país está en deuda con las personas con discapacidad”, interesante nota que lleva a una reflexión personal partiendo de lo que Ariana escribe.

Puedo afirmar por vivencia propia, que ser una persona con discapacidad en nuestra sociedad es convertirse en un ser que enfrenta serias limitaciones, o más bien verdaderas limitaciones que van más allá de la condición de discapacidad con la cual podamos vivir, lo que nos hacen ser extraordinariamente capaces de cumplir con el deber de crear y aportar por nuestro país, Venezuela.

Encontrarse con una ciudad poco o nada accesible es una barrera que complica sin duda alguna más la situación. El hecho de salir a la calle para cumplir con nuestro deberes es una odisea, que al final del día te hace pensar en tus derechos como habitante de esta sociedad, es acá donde se torna interesante el asunto.

Es indignante que entes gubernamentales y privados no se aboque a dar el apoyo necesario para evolucionar como sociedad; pero sobre todo, es triste que las personas que conformamos esta sociedad no seamos capaces de convivir en armonía. Sin duda el problema no es político o burocrático, es una cuestión de valores, esos valores que carecen cada vez más en nuestro entorno.

Para muestra un botón

Me permito citar los siguientes párrafos escritos por la colega Ariana:

“El Estado ha hecho intentos, pero la firma no ha cristalizado. En Gaceta Oficial 39236, de agosto de 2009, se publicó la ley aprobatoria de la convención y su protocolo. Pero María Susana Padrón de Grasso, presidente de la Asociación Venezolana para el Síndrome de Down, dice que eso no es suficiente. «Mientras no se lleven las firmas a la ONU y no se ratifique el instrumento no entrará en vigencia. Eso quedó engavetado. No hemos avanzado», apunta.

La Federación Venezolana de Asociaciones y Fundaciones de Personas con Discapacidad Intelectual y sus Familiares ­a la que pertenece Avesid­ ha llevado comunicaciones a la Cancillería, pero no se han obtenido respuestas. La carta más reciente, dice Padrón, fue enviada hace seis meses. «Estamos en permanente lucha para que se firme la convención. Este es un colectivo muy vulnerable», dice.”

Le pregunto a María Susana Padrón de Grasso, presidente de la Asociación Venezolana para el Síndrome de Down y esposa del presidente de la Liga de Béisbol Venezolana, José Grasso Vecchio, ¿es más fácil contagiar a quienes tenemos a nuestro lado para crear cultura en pro de una sociedad que incluya a las personas con discapacidad o llevar firmas a la ONU?

Si bien los trámites para cumplir con el protocolo y tener el respaldo de un organismo como la ONU es importante, desde mi punto de vista debemos empezar por no dejar engavetado los deberes y derechos que tenemos las personas con discapacidad en nuestro país, sería agradable poder llegarle a través de usted, señora María, al señor José Grasso Vecchio, para que se respeten las normas mínimas de convivencia en los espacios de distracción – como en cada uno de lo stadiums de béisbol del país -, en los cuales no se respeta del todo la integración social, incluyendo a las personas con discapacidad, hecho que reseñé es un post pasado, titulado «Colaboremos a crear una comunidad accesible», el cual pueden leer haciendo clic sobre el enlace.

Respeto por quien tenemos a nuestro lado

Este simple hecho nos hará a todos evolucionar como sociedad y sin duda mejorará las condiciones de inclusión para las personas con discapacidad.

Sobre el hecho de la gravedad de que Venezuela no ratifique la convención internacional y, citando la respuesta que la señora Padrón expresa referente al tema, que dice: «Se trata de convalidar el compromiso que existe con una población con la que el Estado aún tiene deudas. Sería una manera de reafirmar la voluntad de trabajo para el presente y el futuro».

Puedo decir, sí, es cierto que el Estado debe velar por el bien común de todos las ciudadanos; pero es deber de cada uno de nosotros ser mejores personas cada día, respetándonos unos a los otros, extendiendo la mano a quién lo necesita, siendo más tolerantes y sobre todo aportar a un bien en común, que no es otro que aspirar por una mejor Venezuela, no sólo en tema de integración, sino en todos los aspectos que harán que nuestras acciones se transformen en una sociedad ejemplar. Ésta es la voluntad que hará que el presente y el futuro sean el sueño hecho realidad.

Para cerrar, creo que esto no se trata de política, se trata de humanidad y, mientras no demostremos el respeto, que como seres humanos tenemos la dicha de aportar, de manera razonable, la política jamás entenderá que la integración va más allá de los niveles burocráticos que intentan liderar sociedades, las cuales parecen ser de ciencia afición.

Espero sus comentarios referente a este post, deseando aportar por la sociedad que merecemos.

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