¡Inicio de un porvenir cumplió a lo grande! 6


Cuba año 99, primera sesión de rehabilitación intensiva en el Centro Internacional de Restauración Neurológica CIREN. Más que un período de recuperación se convirtió en el lugar donde un grupo de personas con alguna discapacidad se encontraron para a final de cuentas ser el TEAM perfecto, dedicado a compartir experiencias, dolencias, cuentos y sobre todo ánimo, ese ánimo que hizo de nosotros una reacción en cadena lleno de apoyo incondicional para superar momentos difíciles.
Aún recuerdo el primer día, llegar al Centro, observar sus instalaciones, conocer a médicos y enfermeros, pensar el comenzar de una vez el proceso de rehabilitación… semana de evaluación, expectativa por salir a ejercitarme.Llegó el día, Jorge Luis, el que sería mi rehabilitador pasó junto a un grupo de doctores y terapeutas por mi, así comenzó la dura jornada –excelente equipo- no puedo dejar a un lado a mis enfermeros, Narciso, Arelis, Lázaro, etc. que grandes… además del grupo de médicos que se hacían cargo de cada caso.

Hora de hablar del TEAM, como olvidar a los hermanos de lucha, Marcelo y Andrea (argentinos) Angélica y su hermana (colombianas) Tina (colombiana) Aldo (venezolano) Miguel (colombiano) Aida y Lili (mexicanas) Norelis y Diosa (venezolanas) y por último pero no menos importante Marina Fonseca (argentina) chica callada para el entonces pero tremenda, quien resultó con el tiempo ser mi amiga, compañera de sueños, de viajes, de motivos, de encuentros, de conversaciones largas y de contenidos profundos… que grande eres Mar, te re quiero!

Lo cierto es que en este instante terminé de asegurarme que estaba más lleno de vida que nunca; un conjunto de factores nos hacían estar felices, libres y apoyados, hacíamos y deshacíamos (siempre cumpliendo con nuestra rehabilitación) cada acompañante era uno más, no existían distinciones de raza, de ideales y mucho menos discapacidad alguna… acá me detengo para agradecerle una vez más a mi madre Yadira Espinoza y hermano Harold Díaz, todo el apoyo que me dieron y me dan diariamente, gracias madre… gracias negro!

Fue así codo a codo, mano a mano, donde el convivir tuvo un único norte, todos unidos tras una meta (salir adelante) hicieron que cada minuto tuviera esencia de tolerancia y un fin común, el cual permitió ciegamente vivir un mundo lleno de armonía. Nada cuesta aplicarlo en todo momento, dónde quiera que estemos!

Los recuerdo como si fuera ayer, a todos los que con ganas avanzamos hacia un porvenir mejor…

 


Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

6 ideas sobre “¡Inicio de un porvenir cumplió a lo grande!